El 1° de mayo del año 1886, un grupo de trabajadores en Estados Unidos comenzó una lucha por sus derechos. Las jornadas habituales de trabajo eran entre 12 y 16 horas, pero éstas personas comenzaron a pelear por la jornada de 8 horas como uno de sus principales reclamos.
Durante ese año, una huelga afectó a varias fábricas de Estados Unidos. A pesar de que se intentó aplicar la Ley Ingersoll, que establecía las ocho horas laborales, los empleadores se resistieron y continuaron con la protesta el 1° de mayor, cuando se produjo un enfrentamiento en Chicago.
Luego de esa disputa sangrienta entre los trabajadores y los efectivos policiales, tres días más tarde hubo una concentración en Haymarket Square, en donde fallecieron algunos policías después de una explosión.
Fueron acusados 31 trabajadores y cinco de ellos fueron condenados a la horca (tres de ellos eran periodistas, otro era tipógrafo y un carpintero).
Desde el 1° de mayo de 1889, en honor a éstos “Mártires de Chicago”, se conmemora el Día Internacional del Trabajador por su lucha en la baja de la jornada laboral. Contrariamente a lo que se piensa, en Estados Unidos y Cánada esta fecha se recuerda el primer lunes de septiembre.