A diferencia del clásico poema «Martín Fierro» de José Hernández, Don Segundo Sombra no reivindica socialmente al gaucho, sino que lo evoca como personaje legendario («sombra»), en un tono elegíaco.
«Segundo Sombra» parece sugerir a un subalterno, si bien el tratamiento de Don contrapesa (quizás sin que Güiraldes fuera consciente de ello) la subalternidad, señala a un gaucho que por mantener su axiología, sus principios, resulta superior a la axiología burguesa. Ricardo Güiraldes aprende en una especie de viaje iniciático lo que es el valor, el honor, la lealtad (que desde otra perspectiva puede mal interpretarse como subalternidad), el respeto al prójimo (todo esto, amenizado en el libro con descripciones). La novela fue publicada en 1926, está escrita narrativamente en primera persona.