Uno de los semiólogos más importantes, dejó obras como Obra abierta, Apocalípticos e integrados, Cómo se hace una tesis, Lector in fabula y el Tratado de semiótica general. En 1980 saltó a la ficción con su novela El nombre de la rosa, que se convirtió en un best-seller mundial a partir de su propuesta de un relato policial ambientado en la Edad Media. Luego siguieron otras novelas: El péndulo de Foucault, La isla del día de antes, Baudolino, La misteriosa llama de la Reina Loana, El cementerio de Praga y Número cero. Obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2000.