legendario revolucionario y líder de la lucha por la unificación e independencia de Italia.
Admirado por unos y odiado por otros, Garibaldi fue la figura italiana más popular del siglo XIX y uno de los personajes históricos más fascinantes de todos los tiempos. Por sus luchas en Italia y Sudamérica se lo llama “el héroe de dos mundos” y a menudo se lo compara con otro guerrillero que como él combatió por sus ideas en pro de la independencia de los pueblos: el argentino Ernesto “Che” Guevara, quien lo admiraba.
Víctor Hugo escribió de él: “Garibaldi, ¿quién es Garibaldi? Es un hombre, y nada más. Pero es un hombre en la acepción más sublime de la palabra. Un hombre de libertad, un hombre de humanidad”.
Muchas veces designado como un “verdadero ciudadano del mundo” y también como “caballero de la humanidad”, fue ante todo un “unificador de tendencias” estimado por su sincera abnegación, su integridad y su coraje. Predicaba la unidad entre los hombres, y era un convencido de la necesidad de luchar “por la humanidad y la libertad en general”.
Librepensador, reclamaba la separación de la Iglesia y el Estado e impulsó la educación obligatoria, gratuita y laica. Rechazaba el ateísmo, la indiferencia y el “miserable materialismo”, pero fue denostado por los católicos al enfrentarse al papa Pío IX, quien durante su pontificado –de 1846 a 1878, fue el más largo de la historia– proclamó el control de la Iglesia sobre la ciencia, la educación y la cultura en los Estados Pontificios y se opuso tanto a las demandas de un gobierno constitucional como a la unificación de Italia para defender su condición de Papa-rey, con poder terrenal en el centro de la península.