Fue un militar y político italiano. Junto con el rey de Cerdeña Víctor Manuel II, fue uno de los principales líderes y artífices de la unificación de Italia.
Giuseppe Garibaldi nació en Niza, ciudad situada en la costa del mar Mediterráneo, actualmente en territorio francés cerca de la frontera italiana. Sin embargo, puede considerarse que era italiano, dado que en esa fecha la ciudad de Niza pertenecía al Reino de Piamonte —posteriormente incorporado al Estado italiano con la unificación— habiendo sido Niza cedida a Francia en 1860 a consecuencia de la guerra con Austria. Se hizo notorio históricamente a causa de su participación en las actividades político-militares vinculadas al proceso que finalmente produjo la unificación política de Italia, durante el segundo y tercer cuartos del siglo xix.
En 1827, con veinte años, formó parte de la tripulación del Cortese, un barco que partió de Niza y viajó por el mar Negro, Estambul y Galacia, siendo testigo de la guerra turco-rusa. En 1832, y teniendo solo veinticinco años, fue nombrado capitán del barco Clorinda, con el que viajó de nuevo por el mar Negro. La mala suerte quiso que este barco fuera secuestrado por unos piratas turcos. Se dice que Giuseppe Garibaldi estuvo a punto de ser fusilado, pero solo fue herido en la mano. Con la ayuda del resto de tripulantes y su primo consiguió zafarse de los piratas y escapar. Después de más de seis años de ausencia —exactamente setenta y tres meses—, Giuseppe volvió a su ciudad natal. Pero en 1833 regresó a Estambul en un barco capitaneado por Emile Barrault. Fue en esa época cuando se dio a conocer por sus discursos sobre la libertad.
Un año más tarde, participó en el movimiento de la Joven Italia de Mazzini, entregando su vida a la patria y ganando los galones de capitán en la Marina del Piamonte. Lo apodaron Cleómbroto, como si se tratara del mítico héroe espartano, y estuvo involucrado en la insurrección del Piamonte, lo que le costó una condena a muerte, después de su captura y tras ser considerado uno de los cabecillas de la revuelta.
Viéndose obligado a huir, escapó a Niza, pasó por la casa de su amigo Giuseppe Pares en Marsella, donde se embarcó hacia el mar Negro y en 1835 estuvo en Túnez. Volviendo a Marsella, partió hacia Sudamérica en el bergantín Nautonnier, haciéndose pasar por un tal Borrel —en referencia al mártir revolucionario Joseph Borrel—, siendo seguido por otros camaradas de la Joven Italia como el capitán Juan Lamberti. Una vez llegado a su nuevo destino, se afincó en Río Grande del Sur.