A través de las décadas gran parte de la sociedad no ha sabido darle el valor y la importancia al trabajo desempeñado día tras día por las educadoras(es), ya que se nos ve como personas cuidadoras y no como formadoras del desarrollo de los infantes.
En realidad las educadoras(es) del ayer y del ahora no exigen honores, reconocimientos o méritos, simplemente el respeto, apoyo, cooperación y un trabajo colaborativo no sólo de los padres de familia, sino de la comunidad a la que pertenece una institución como es el Jardín de Niños.
Por eso, en este 21 de abril conmemoramos ese esfuerzo, esa dedicación que se realiza cada mañana en las aulas preescolares. Por eso, en este día compartimos que ustedes lectores conozcan sobre su trabajo y el gran impacto que tienen en el desenvolvimiento y desarrollo de capacidad y habilidad de cada uno de los infantes.