El 24 de noviembre del año 2.010 se firmó el Decreto 1.800 que declara al vino como «bebida nacional» de la Argentina. Se destaca que el mismo es un «producto alimenticio de consumo masivo, que por sus cualidades nutricionales comprobadas, integra la canasta básica familiar de diferentes grupos sociales, culturales y económicos del país».
La vitivinicultura en Argentina es un factor determinante en el desarrollo de las provincias productoras de vino y genera otras actividades como el turismo, la gastronomía, la hotelería entre otras.