Sus comienzos se remontan a 1951, cuando se realizó el Primer Congreso Mundial.
Una fecha que busca sensibilizar y concienciar sobre las necesidades particulares de los sordos y la importancia de crear programas que permitan su inclusión dentro de todos los ámbitos de la sociedad. En España, sin embargo, esta celebración suele trasladarse al último viernes y, más habitualmente, al sábado.
Otro de los objetivos que se propuso la WFD, fue la de impulsar la detección temprana de trastornos auditivos, específicamente de la hipoacusia infantil, que se trata de una deformación de los conductos auditivos debido a su falta de desarrollo en el infante. Si se diagnostica dentro de los primeros tres meses de vida, se puede realizar una intervención quirúrgica que permitirá al niño poder oír normalmente el resto de su vida.