Hijo de Bernardino Rivadavia, se alistó en las huestes del general Juan Galo de Lavalle. Participó en las batallas de Yeruá y Don Cristóbal. Luchó más tarde en Famaillá. Integró los restos del Ejército Libertador que marcharon hasta Jujuy y escoltó los restos del general Juan Lavalle hasta la Catedral de Potosí. Tras la caída de Rosas, regresó a Buenos Aires y actuó en la defensa de Buenos Aires, en la batalla de Cepeda y en la guerra contra el Paraguay.