Mientras que en el resto del mundo el Día del Hermano se festeja el 5 de septiembre en homenaje a la madre Teresa de Calcuta, que falleció en esa fecha de 1997, en la Argentina el día seleccionado para celebrar el 4 de marzo.
La potencia del lazo entre hermanos suele ser tan fuerte que, salvo excepciones, se mantiene a lo largo de toda la vida. Como escribió José Hernández en el Martín Fierro deben ser unidos «es la ley primera. En cualquier tiempo que sea. Porque si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera».
Más allá de la diferencia de día, esta fecha tiene un objetivo que puede leerse en clave exclusivamente solidaria, que va más lejos que cualquier lazo de sangre: busca que se vea al otro como un par y que se lo ayude como si fuera un hermano.