Carlos Mastronardi nace el 7 de octubre de 1901 en Gualeguay, Provincia de Entre Ríos.
Hijo de Gabino Mastronardi y Clotilde María Negri, ambos nacidos en Italia, recorrió el interior de la provincia acompañando a su padre, quien mensuraba campos. De él también recibirá lecciones de pintura y escultura de los grandes maestros italianos.
En su adolescencia conoce a Juan L. Ortiz, con el que comparte caminatas junto al río Gualeguay y tertulias donde leían y comentaban libros.
Cursa el bachillerato en el Colegio del Uruguay, y vive esos años como interno en la residencia para estudiantes de la Asociación Educacionista «La Fraternidad», fundada por alumnos del Histórico Colegio en 1877, como respuesta a la supresión de becas que les permitían estudiar en la ciudad.
Más allá de las promociones, el Histórico y “La Frater” hermanaron a quienes pasaron por sus claustros. El sentimiento que unía a los “fraternales” posibilitaría que Mastronardi conservara amistades de sus años de estudiante, entre otros, con los poetas Cayetano Córdova Iturburu, Arnaldo Calveyra y Jorgé Martí.
En 1919 su padre es designado Cónsul de Italia en Entre Ríos.
Se inscribe en la Facultad de Derecho de Buenos Aires, carrera que abandonará para dedicarse al periodismo y la literatura.
Conoce a Jorge Luis Borges en la librería SAMET, en ocasión de una conversación sobre Evaristo Carriego.
Publica artículos y poemas en la revista Prisma3 junto a Borges y Norah Lange; en Caras y Caretas; Proa y en la revista Nosotros, una serie de sonetos titulada Mañanas Provinciales. Se desempeña también como redactor en Diario Crítica, donde conoce a Francisco Defilippis Novoa.
Con Sixto Pondal Ríos y Ulyses Petit de Murat formó lo que se llamaría la “Escuela de Belgrano”, por el café ubicado en Cabildo y Echeverría donde recitaban sus poemas.
En 1925 participa junto a Ricardo Güiraldes, Eduardo González Lanuza, Jacobo Fijman, Conrado Nalé Roxlo, Pedro Miguel Obligado y Jorge Luis Borges de actividades literarias, musicales y pictóricas de la época, desde la revista Martín Fierro.
En 1926 César Tiempo y Pedro Juan Vignale lo invitan a formar parte de la Exposición de Poesía Argentina,4 publicada por Editorial Minerva, con sus poemas “Cosecha”, “Alabando los buenos cielos”, “Para sepultar un olvido”, “Vieja estampa” y “Gente rica en obras”.
El mismo año publica su primer libro, Tierra Amanecida, gracias al préstamo de un tío. La Editorial Latina lo da a conocer junto con El juguete rabioso, de Roberto Arlt. Ambos libros aparecen en la “Colección de autores noveles”.
Como muchos martinfierristas, se suma a la actividad política, integrando el Comité Irigoyenista de Intelectuales Jóvenes y se registra en el Club Radical Enrique Larreta en marzo de 1928 con el número 178.
Ante la muerte de su padre en 1928, vuelve a Gualeguay, donde trabaja como periodista escribiendo comentarios de interés vecinal y colaborando con revistas literarias de Buenos Aires. Durante esos años, que él caracterizaría en las Memorias como “un período oscuro, un tiempo sin esperanza ni salida” que duró ocho años, trabaja tenazmente en un poema que más tarde publicaría con el nombre de Luz de Provincia.
En 1937, regresa a Buenos Aires, y ante una invitación de Samuel Eichelbaum, se suma a El Diario, de la editorial Láinez, como cronista teatral y luego, literario; a la par que publica Conocimiento de la noche, poemario que incluye Luz de Provincia, por el que recibe el Primer Premio Municipal de Poesía.5
Traductor de poemas de Rainer Maria Rilke y de poemas en prosa de Stéphane Mallarmé, se suma a diversas publicaciones como la Sur, a la revista semanal Resumen, destinada a la población del delta bonaerense y entrerriano, y al diario La Nación.
Por su producción literaria se hace acreedor a las mayores distinciones. Por su ensayo Valéry o la infinitud del método, publicado en 1955, recibe la mención de honor de la SADE y el Primer Premio Municipal de Prosa.6 Por Formas de la Realidad nacional, recibe el Premio Nacional de Literatura de producción en prosa.
En 1968 obtiene el Gran Premio de Honor de la SADE.
Es designado Miembro de la Academia Argentina de Letras, ocupando el sillón “Olegario Víctor Andrade”, vacante por la muerte de Enrique Banchs.
Muere el 5 de julio de 1976 en Buenos Aires; y es enterrado en el cementerio municipal de Gualeguay.