El día de la fiesta de Nuestra Señora del Rosario fue instituido por San Pío V en conmemoración de la victoria de la batalla de Lepanto el 7 de octubre de 1571 contra los turcos que amenazaban toda Europa. En 1716, la fiesta se extendió a toda la Iglesia en acción de gracias por la derrota de la Media Luna Musulmana en Hungría.La devoción del rosario fue revelada a Santo Domingo por Nuestra Señora. Nació, por lo tanto, en una revelación privada. Y sabemos que tales revelaciones son aborrecidas por los enemigos de la Iglesia, internos y externos. Aunque provenía de una revelación privada, la oración del Rosario se extendió a toda la Iglesia católica, y San Luis Grignion de Montfort consideró la devoción característica de las almas predestinadas.
El rosario es una serie de mediaciones sobre los misterios de las vidas de Nuestro Señor y Nuestra Señora. Estos misterios son oraciones simultáneas que uno dice vocalmente y meditaciones que uno hace mentalmente. Esta mezcla de oración vocal y meditación es una cosa espléndida, porque mientras los labios pronuncian una súplica, la mente se concentra en un punto del misterio. Es una actividad dual que une íntimamente a uno con Dios.
La práctica de rezar el rosario para pedir la gracia de Dios supone la verdad teológica de que Nuestra Señora es la Mediatriz Universal de todas las gracias. Es, por lo tanto, una pequeña obra maestra de espiritualidad y doctrina católica tal como deben ser entendidas. El rosario no es una costumbre religiosa basada en las emociones, sino más bien una práctica piadosa seria, sólida y meditativa, lo que explica por qué el rosario ha obtenido tantas gracias.