Según la leyenda, el Gauchito Gil se llamaba Antonio Mamerto Gil Núñez y era un gaucho de la ciudad de Pay Ubre, en la provincia de Corrientes, en el norte de Argentina.
Es una figura religiosa, un “santo popular”, que no está comprendido dentro de la liturgia oficial católica ni en la evangélica.
Nació alrededor de 1840 y fue asesinado el 8 de enero de 1878.
Circulan diferentes historias circulan sobre él. La más común indica que a mediados del siglo XIX, Gil, que trabajaba en el campo, comenzó una relación romántica con una viuda adinerada de su ciudad natal. A los hermanos de la joven y al jefe de la policía local, que estaba enamorado de la misma mujer, no les gustó esta relación. Gil se vio obligado a huir y se alistó como soldado en la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) entre Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay.
A su regreso, fue llamado a luchar junto al Partido Autonomista de Corrientes en la guerra civil contra el Partido Liberal. Pero se negó. Entonces, fue perseguido por los militares y capturado finalmente en enero de 1878.
Como era considerado un desertor, el 8 de enero fue colgado de su pie en un árbol de espinillo, a ocho kilómetros de su pueblo natal, y degollado.
Se dice que antes de su ejecución le dijo a su verdugo que su hijo estaba gravemente enfermo y que debía orar en nombre de Gil para implorar su curación. El verdugo siguió las instrucciones y su hijo se curó.
La noticia del supuesto milagro rápidamente se difundió por los pueblos y así nació el mito del Gauchito Gil.
Se construyó un santuario cerca de su tumba que recibe diariamente a decenas de peregrinos que le rezan para pedirle prosperidad, trabajo, amor o éxito.
Cada 8 de enero, acuden miles de visitantes y le dejan ofrendas.
En muchas rutas argentinas se pueden ver pequeños santuarios en honor al Gauchito Gil, rodeados de banderas, cintas y velas rojas.