Dolina nació en Morse,1 cerca de Baigorrita, en la provincia de Buenos Aires, y pasó su primera infancia en la localidad bonaerense de Caseros. Su madre, Delfa Virginia Colombo (1922-1994), era maestra.23 Su padre era contador, ejecutivo de Plavinil Argentina.
Estudió música y literatura desde la juventud. Tuvo diversos empleos. Se sabe que fue operario de ENTEL4 y estudiante de Derecho.
A los 22 años abandonó la carrera de Derecho y estuvo desempleado. En una fiesta conoció a Manuel Evequoz quien, interesado por la fina inteligencia y el humor de Dolina, trabó amistad y le consiguió trabajo en una agencia publicitaria. Esto significó su introducción en los medios de comunicación y el descubrimiento de su vocación en el ambiente. Dolina fue un gran amigo de Evequoz y en él está inspirado su personaje Manuel Mandeb. Evequoz pertenecía a Montoneros y desapareció durante la dictadura de 1976. El personaje fue creado mientras Evequoz vivía. No obstante, sus textos serían publicados en la década siguiente.
Desde su juventud fue aficionado al tango, a la filosofía y la literatura. La mujer tiene un rol fundamental en su discurso y aun en sus motivaciones, cuando afirma que «todo lo que hago lo hago para levantar minas». Esa cita es erróneamente atribuida a Dolina, ya que en verdad pertenece al humorista Caloi, que lo puso en boca del personaje Alexis Dolinades, inspirado en él. Dolina retoma esta afirmación en su obra Lo que me costó el amor de Laura (1998): «Se ha dicho que el hombre hace todo lo que hace con el único fin de enamorar mujeres».