Habiendo nacido en un suburbio de Buenos Aires, Borges se mudó a Suiza con su familia en 1914, donde estudió en el Collège de Genève. La familia viajaría entonces, extensamente por Europa, incluyendo España. Tras su regreso a Argentina en 1921, Borges empezó a publicar sus poemas y ensayos en revistas literarias surrealistas mientras trabajaba como bibliotecario, profesor y conferencista. En 1955 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de la República Argentina y profesor de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires. A la edad de 55 años quedó completamente ciego: numerosos investigadores han sugerido que su ceguera progresiva lo motivó a crear símbolos literarios innovadores a través de la imaginación.
Durante los años sesenta, su trabajo fue traducido y publicado en los Estados Unidos y en Europa. En 1961 llegó a la fama internacional al obtener el primer Premio Formentor, que recibió junto a Samuel Beckett. En 1971 ganó el Premio Jerusalén. Su reputación internacional se consolidó entre estos años, ayudado por la disponibilidad de las traducciones al inglés de su obra, por el éxito de Cien años de soledad de García Márquez y por el boom latinoamericano, aunque su participación en él es relativa. Borges dedicó su último libro, Los conjurados, a la ciudad de Ginebra, donde moriría en 1986. El escritor y ensayista J. M. Coetzee dijo en su libro sobre Borges que: «Él, más que nadie, renovó el lenguaje de la ficción, abriendo así el camino a una generación de novelistas hispanoamericanos».
Galardonado con numerosas distinciones, fue también polémico por sus posturas políticas conservadoras: su importancia continúa siendo causa de debate, particularmente por la posibilidad de que éstas le hayan impedido obtener el Premio Nobel de Literatura, al que fue candidato durante casi treinta años.