En 1881 se funda el Consejo Nacional de Educación. Sin embargo, a partir de 1884 (con la Ley N.º 1.420) el Consejo Nacional de la Educación pasó a ser dirigido por un presidente y cuatro vocales, puestos ocupados por figuras que combinaban su participación en el sistema educativo y en el escenario cultural y político. Muchos fueron hombres formados dentro del sistema educativo, pero otros provinieron de campos como la abogacía y la medicina.
Las autoridades eran elegidas por el Poder Ejecutivo, mientras que para el presidente debía contar con acuerdo del Senado. El Consejo debía rendir un informe anual, que se denominó «Educación Común en la Capital, las provincias y los territorios nacionales».
Inicialmente, el Consejo, según la Ley N.º 1.420, tuvo jurisdicción sobre las Escuelas de la Capital, colonias y territorios nacionales. También estaba bajo su dependencia la Biblioteca Nacional de Maestros, entre otras. Con la Ley N.º 4.874, conocida como Laínez de 1905, sus competencias se extendieron a las provincias mediante la creación de Escuelas Primarias. Así, se transformó en una organización de alcance nacional, con importantes recursos, un cuantioso personal y una estructura organizativa vertical que llegaba a las más alejadas zonas del país.