El 31 de agosto se conmemora el Día Mundial de la Solidaridad, uno de los valores más importantes de los seres humanos. Cada año se celebra con el fin de promover los ideales de solidaridad entre las naciones, los pueblos y los individuos por decreto de la Asamblea General de las Naciones Unidas y coincidiendo con el aniversario del inicio del movimiento “Solidarnosc”, fundado por el premio Nobel de la Paz Lech Walesa.
Dicho principio se destaca como una prioridad moral que condiciona y requiere de políticas que impliquen el beneficio del progreso de los distintos países y de su población, considerando la realidad de cada uno de ellos.
En el mundo las diferencias sociales están cada vez más acentuadas. Para poder progresar y equilibrar esas desigualdades es indispensable la colaboración y contribución de las distintas naciones y de la solidaridad de los miembros de la sociedad hacia los que más la necesitan. La pobreza, el hambre, la indigencia, la falta de oportunidades, entre otros, son problemas sociales que pueden arraigarse sin la solidaridad de cada uno de nosotros.
En este día se busca crear conciencia sobre la importancia de ayudar al prójimo y promover a su vez la implementación de acciones favorables por parte de los organismos gubernamentales. Nuestra preocupación común son aquellos que no pueden obtener los recursos suficientes para el desarrollo, cuyos derechos humanos no se respetan. Es por esto que debemos fomentar la solidaridad en todas sus formas.