Ocurre en Lourdes, cerca de los Pirineos. La joven asegura que la aparición le confirmó la inmaculada concepción de Cristo. Ingresó a un convento, donde murió a los 35 años. El Papa Pío XI la canonizó en 1933. Lourdes se convirtió en un centro de peregrinación para los católicos y el 11 de febrero se celebra su festividad.