Poco antes del mediodía, las fuerzas patriotas del Ejército Unido Libertador de Chile —formado por tropas argentinas del Ejército de los Andes y chilenas del Ejército de Chile— al mando del capitán general José de San Martín, enfrentaron al Ejército Real de Chile bajo las órdenes del general Mariano Osorio, en el sector conocido como los Cerrillos del Maipo. Ambas fuerzas procedían de Cancha Rayada, donde dos semanas antes los españoles habían vencido a los americanos. El ataque fue iniciado por los patriotas que abrieron fuego sobre las posiciones españolas, en tanto que los realistas resistieron con firmeza hasta que San Martín envió sus reservas por los flancos y fueron obligados a replegarse. Osorio huyó para salvar su vida, mientras varios batallones españoles resistían, encabezados por José Ordóñez. Así, los patriotas los atacaron hasta obligarlos a rendirse. El general chileno Bernardo O’Higgins, convaleciente de una gran herida (producto de la derrota aliada en Cancha Rayada), se presentó poco antes de terminado el último ataque contra los realistas y entusiasmados por la victoria, San Martín y O’Higgins se abrazaron en una escena que dio origen a un cuadro, el histórico abrazo conocido como El abrazo de Maipú.