Llegó al trono por un desvío en la línea de sucesión. Su tío, el rey Eduardo VIII, abdicó para casarse con una mujer divorciada, lo cual convirtió al duque de York, padre de Isabel, en Jorge VI. Así, ella se convirtió en heredera al trono. Sirvió en la Segunda Guerra como auxiliar. En 1947 se casó con Felipe de Grecia y Edimburgo, quien se convirtió en duque de Edimburgo. Con su esposo tuvo cuatro hijos. En 1952 murió Jorge VI y comenzó el extenso reinado de su hija. Los problemas llegaron en 1992 (annus horribilis, según su definición), cuando se divorciaron tres de sus hijos y afrontó el incendio del castillo de Windsor. Fue ampliamente criticada por su comprtamiento cuando murió Lady Di, en el momento de más baja popularidad de la monarquía. En 2015 superó a la reina Victoria como la jefa de Estado que más tiempo ha reinado. Más cerca en el tiempo, enfrentó la interna con su nieto Harry, que renunció a sus deberes reales; enviudó después de 74 años de matrimonio; y su hijo Andrés se vio implicado en la red de tráfico sexual de Jeffrey Epstein.