El acceso a la atención de salud de buena calidad es un derecho humano básico. A pesar de ello, casi 40 millones de mujeres dan a luz sin atención calificada, aumentando el riesgo de muerte e incapacidad de la madre y el recién nacido. El mundo necesita parteras ahora más que nunca antes. La inversión en la formación de parteras puede ayudar a evitar un número significativo de las casi 290.000 muertes maternas y los tres millones de muertes de recién nacidos que se registran todos los años por falta de trabajadores de la salud calificados y reglamentados y de instalaciones adecuadas. Y las parteras hacen más que traer bebés al mundo: prestan asimismo otros servicios de salud reproductiva y de información, incluidas la atención antenatal y postnatal y la planificación de la familia.