33 mineros son rescatados sanos y salvos de la mina San José, a 30 kilómetros de Copiapó, en el norte de Chile, después de haber pasado 68 días bajo tierra. El 5 de agosto habían quedado atrapados a 720 metros de profundidad por un derrumbe. Hasta el 22 de agosto, 17 días después del accidente, no hubo certeza de que estuvieran vivos: ese día logran comunicarse con el exterior a través de un papel con un mensaje escueto que se volvería célebre: «Estamos bien en el refugio los 33». La única manera de encarar el rescate fue cavar un pozo para poder introducir una cápsula, a través de la cual sacarlos. Fue lo que se conoció como Operación San Lorenzo. Diez minutos después del comienzo del 13 de octubre, el primer minero, Florencio Ávalos salió a la superficie. La cápsula los sacó de manera individual, de a uno por hora, en medio de la atención mundial, hasta terminar con el jefe de turno, Luis Urzúa, el último en salir.