A bordo de una avioneta familiar conocida con el nombre de “Spirit of Columbus”, recorrió el mundo en 29 días.
diferencia de otras grandes referentes dentro del mundo de la aviación, la historia de Geraldine Mock dio un giro cuando se cansó de la monotonía y el aburrimiento que le generaba ser ama de casa y optó por buscar algo más allá.
Desde muy temprana edad y gracias a su padre que la llevó a volar cuando ella apenas tenía siete años, Jerrie sabía muy bien que su gran pasión era estar en el aire . Ya en el colegio, Mock se matriculó en un curso de ingeniería aeronáutica y, posteriormente, estudió ingeniería aeronáutica en la Universidad Estatal de Ohio.
Fue en la universidad donde conoció a Russell Mock, un joven que compartía sus mismos sueños sobre la aviación, y con el que finalmente se casaría en 1945. Para Jerrie el matrimonio significó el final de su carrera ya que desde ese momento se convirtió en la señora Mock y solo se encargaba de mantener el hogar.
Pasaron muchos años, Jerrie se convirtió en madre pero su pasión seguía intacta. Por ese motivo comenzó a tomar clases de vuelo hasta obtener su licencia. Fue ahí cuando decidió llevar a cabo una hazaña que la dejaría en la historia para siempre: dar la vuelta al mundo de forma solitaria . El 19 de marzo de 1964, se subió a bordo de una Cessna 180 monomotor de cuatro plazas a la que bautizó The Spirit of Columbus y emprendió su viaje. Recorrió más de 35 mil kilómetros con un total de 21 paradas en 29 días.
El 17 de abril , Jerrie Mock aterrizó su monotor en el aeropuerto de Columbus desde el que había iniciado su viaje . Esta hazaña le valió un lugar en la lista de las mujeres más importantes en el mundo de la aviación y le valió varios premios como la Medalla de Oro de la Agencia Federal de Aviación y la Medalla Louis Blériot otorgada por la Federación Aeronáutica Internacional.