Fue director de la Biblioteca Nacional, crítico mordaz y ajustado de la literatura argentina de su tiempo. Nació en Toulouse (Francia), el 15 de febrero de 1848.
Fue hijo de Pierre Groussac y de Catherine Piquemal, el segundo de cuatro hijos de una familia provinciana, católica, que vivía sin lujos pero con un buen pasar.
En su juventud en Toulouse estudió los clásicos. Fue enviado a la casa de su abuela en Sorèze por unos meses, luego de morir su madre en 1858; allí estudia en el colegio de los dominicos, donde conoce al padre Lacordaire, un escritor romántico que ejerce influencia sobre él. Victor Hugo es en esta época, su máximo inspirador.
En 1865 se matriculó en la École Navale de Brest, pero optó por no ejercer la carrera militar. Se anotó en la Escuela Superior de las Bellas Artes de Toulouse, pero disgustado con el rigor de la carrera, decide abandonarla antes de comenzar a cursar. Este mismo año, obtiene de su padre permiso para realizar un largo viaje, pero una vez llegado a París, nota que tiene muy poco dinero para continuar y, no queriendo regresar en esas condiciones, decide gastar el dinero que le resta en un viaje de segunda mano en el primer buque que zarpara. Es así como se sube al velero «Anita», con destino a Buenos Aires (influyó en su decisión de emigrar el disgusto que le ocasionaron las nuevas nupcias que había contraído su padre). Traía una carta de recomendación del filósofo y antiguo alcalde de Toulouse, Adolphe Gatien-Arnoult, para su excolega universitario Amadeo Jacques (que había emigrado a la Argentina y estaba casado con la patricia Benjamina Augier Echagüe).
Cuando desembarca de Buenos Aires, vaga por las calles sin saber una palabra de castellano. Es por esto que es detenido, bajo la sospecha de simular su condición de extranjero para evitar ser reclutado para la Guerra del Paraguay. Pero el equívoco es resuelto con auxilio del cónsul, quien le consigue un puesto como ovejero en San Antonio de Areco, pero una carta de su padre lo insta a regresar a la ciudad.