El origen proviene del asesinato de Iqbal Masih de 12 años, ocurrido en el año 1995, quien a la edad de 4 años fue vendido por su padre a una fábrica de alfombras de Punjab porque necesitaba un préstamo para pagar la boda del hijo mayor.
Para saldar al deuda Iqbal trabajaba doce horas al día trenzando alfombras por un a rupia diaria. Sin embargo, con los intereses desorbitados, la deuda no para de crecer. A los 10 años Iqbal asistió a un mitin sobre derechos humanos y su vida cambió radicalmente. Consiguió la libertad a través de una campaña del Frente de Liberación del Trabajo Forzado y se convirtió en un activo luchador contra el la esclavitud infantil, y consiguió cerrar empresas en la que se explotaban a menores. Su ejemplo trascendió y recibió premios internacionales en Estocolmo y en Boston, con los que decició abrir una escuela.