1 de febrero de 1978, a los 40 años muere Jorge Cafrune.

Jorge Antonio Cafrune Herrera, popularmente conocido como el Turco Cafrune.

fue una de las figuras emergentes del tiempo «dorado» del folclore: despertaba una enorme seducción a la que aportaban su estampa criolla, la cercanía que proponía desde el escenario y su inclinación, sin artificios, por el testimonio y la canción social. Las confusas circunstancias de su muerte -jamás esclarecidas-, exacerbaron ese relato.

Se ubicaba lejos de la proyección técnica de las guitarras folclóricas de su tiempo como Eduardo Falú o Atahualpa Yupanqui. Tampoco cultivaba la gestualidad masiva de Horacio Guarany, otra figura de inmensa atracción del público y de valor en la línea compositiva. Con sus propios rasgos y limitaciones, Cafrune cultivó una trayectoria de cantor y divulgador de lo convirtió en un referencia de la música popular.

Más allá de sus probados méritos artísticos, la dimensión política e ideológica de su figura, su padrinazgo a Mercedes Sosa en el Festival de Cosquín y las circunstancias sospechosas de su muerte alimentaron una narrativa.

Nació en Perico, Jujuy el 8 de agosto de 1937, y se crió en una familia que combinaba las costumbres gauchescas con los orígenes árabes.

El «Turco» tomó clases de guitarra con Nicolás Lamadrid mientras cursaba sus estudios secundarios. En Salta conoció a a Luis Alberto Valdez, Tomás Campos y Gilberto Vaca, con quienes conformó su primer grupo, «Las Voces del Huayra». En 1957 grabó su primer disco pero la convocatoria al servicio militar alteró aquel plan.

A su regreso impulsó el nacimiento de «Los cantores del Alba» acompañado por Tomás Campos, Gilberto Vaca y Javier Pantaleón, pero poco después decidió continuar en formato solista.

El músico jujeño había decidido homenajear a José de San Martín en el año del Bicentenario del nacimiento del Libertador. Comenzó un viaje a caballo desde Plaza de Mayo hatsa Yapeyú, ciudad natal de San Martín, en Corrientes. Apenas había comenzado su travesía cuando fue embestido por una camioneta a la altura de Benavídez. Al momento de su muerte era uno de los folkloristas más exitosos del país.

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