5 de Agosto de 1897 : Nace el músico de vanguardia Juan C. Paz.

Propulsor del dodecafonismo, fundó en 1929 el grupo Renovación y, luego, la Agrupación Nueva Música. Por su obra recibió premios internacionales. Es autor de Introducción a la música de nuestro tiempo y Arnold Schoemberg o el fin de la música tonal, entre otras obras. Falleció en Buenos Aires en 1972.

 Su música, compleja y sin concesiones, fue resistida y maltratada. «¿Habrá que renunciar a oír una obra propia presentada en buenas condiciones de audición en esta capital?», se preguntaba Paz, en 1967, en ocasión del estreno de su obra «Música para piano y orquesta» en el Colón. «A pesar de la excelente disposición de los músicos, el resultado fue desastroso», escribió en el tercer volumen de su libro de memorias «Alturas, tensiones, ataques, intensidades», editado por De La Flor. Con ironía y no poca acidez, comentó que lo que se escuchó fue «un juego de azar completo, desarrollado a lo largo de la obra ejecutada: ejecutada sin piedad».

    Es que Paz asumió a lo largo de su vida un fuerte compromiso con toda actividad que tuviera «el signo del riesgo y de la posibilidad», y fue un crítico implacable de toda aquella «tendencia que conduzca a una claudicación, un retroceso, un arrepentimiento o componendas de tipo académico, pasatista y reaccionario», según afirmó en 1955.

Después de haber formado parte del Grupo Renovación a comienzos de los años 30 junto a Juan José y José María Castro, Gilardo Gilardi y Jacobo Ficher, se alejó para comenzar a utilizar la técnica de composición dodecafónica de Arnold Schönberg. Allí comenzó su enfrentamiento con la corriente encabezada por Ginastera, a la que fustigó por «el empleo de ritmos populares y folklóricos en una ilusoria independencia de las influencias extraterritoriales, pero que no hizo más que utilizar técnicas de escuelas nacionales que ya cumplieron su ciclo en Europa hace décadas». Con su habitual humor, aseguraba en los años 40 sobre este grupo lo siguiente:

“Dicen que no quieren copiar modelos foráneos actuales
para poder mantener la propia identidad,
pero lo único que hacen es copiar modelos perimidos
y así es que tenemos incas ravelianos y coyas franckianos”

    Pero a pesar de militar en las filas del progresismo musical, no fue Paz sino Ginastera el que dirigió el Centro de Música del Instituto Di Tella, situado a la vanguardia artística de la Argentina en los años 60. Se trató en verdad de una consecuencia lógica: Paz tenía un rechazo visceral por las instituciones, como lo demostró en su histórica renuncia a formar parte de la Academia Nacional de Bellas Artes.

    Para esa época, parecía más interesado en la literatura (Thoreau, Whitman, Poe y Miller), los Beatles y el cine. A fines de los años 50 ya había escrito música para cuatro películas de Leopoldo Torre Nilsson («La casa del ángel», «El secuestrador», «La caída» y «Fin de fiesta»). Incluso sobre el final de su vida, después de cambiar el saco y la corbata por las poleras negras, actuó en la película «Invasión», dirigida por Hugo Santiago, en 1970.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×