El gobierno de Juan Domingo Perón nacionaliza el sistema ferroviario, que hasta entonces estaba en manos inglesas. Los trenes estaban sujetos a la Ley Mitre de 1907, que caduca en 1947, marcando el fin de la franquicia. Los británicos, exhaustos tras el esfuerzo en la Segunda Guerra, aspiraban a que hubiera una empresa mixta, mientras que los trabajadores bregaban porque el Estado se hiciera cargo. Después de meses de negociación, Miguel Miranda, hombre fuerte en la economía del primer peronismo, cierra el acuerdo por 676 millones de pesos de la época, cuando los ingleses habían pedido 10 mil millones: en rigor, el acuerdo fue de algo más de 2 mil millones, pero quedó estipulado que, se si se rompía la convertibilidad de la libra, se pagaría en especies. La Argentina abonó con trigo. Una multitud celebró la nacionalización en Retiro. La fecha se recuerda como Día del Trabajador Ferroviario.
