Traducido generalmente como «océano de sabiduría», este título fue forjado por el jefe mongol Altan Khan (Altan Jan, en español) al aceptar a Sonam Gyatso como maestro excepcional. Sería la reencarnación de buda en la Tierra, alentando al pueblo mongol a la conversión al budismo vajrayāna.[cita requerida] Nótese que en este caso, dalay era la traducción de Gyam-tsho (Gyatso), el apellido de los dalái lamas.
Los budistas tibetanos consideran que los dalái lamas son encarnaciones del Avalokiteśvara (el Bodhisattva patrono del Tíbet), y creen que, tras su muerte, su conciencia sutil tarda un intervalo de cuarenta y nueve días, a lo sumo, para encarnarse de nuevo en un infante que ya desde su nacimiento puede dar señales de su carácter especial. Avalokiteśvara es una deidad importante para el budismo tibetano y es considerado en las enseñanzas vajrayāna como un buda. En cambio, para las enseñanzas mahāyāna es visto más bien como un bodhisattva de elevado nivel.
Tras la muerte del dalái lama, el panchen lama se encarga de reconocer su reencarnación o tulku (por lo general es un niño) mediante las señales establecidas y este pasa a ser el nuevo dalái lama. A su vez, el dalái lama debe reconocer a la reencarnación del Panchen Lama tras la muerte de este.
Tradicionalmente, el dalái lama ha sido el líder espiritual y temporal del Tíbet. También es el líder espiritual de todos los seguidores del lamaísmo o budismo tibetano, tanto en los países de mayoría lamaísta, como Mongolia o Bután, como entre las comunidades de budistas tibetanos de todo el mundo. Sin embargo, muchos países lamaístas como Bután y Mongolia también tienen líderes locales -elegidos de forma similar al dalái lama y considerados la encarnación de deidades- que representan parte de la estructura administrativa de todo el budismo tibetano a nivel mundial como es el caso del Je Khempo en Bután y del Jebtsundamba Khutuktu en el budismo mongol.
El dalái lama era a su vez, el jefe supremo de una monarquía feudal teocrática absolutista, que duró hasta la invasión del Tíbet por parte de China en 1950. Los Lamas eran considerados como parte de la élite dentro del sistema de organización feudal de la sociedad tibetana, donde la vasta mayoría de la población estaba compuesta por siervos, y donde un 5% de la misma estaba al servicio de los Lamas. El dalái lama vivía en el palacio Potala de 1000 habitaciones situado en la ciudad de Lhasa. Después de la invasión China, el dalái lama tuvo que exiliarse y organizar una resistencia pacífica desde el exterior, en la ciudad de Dharamsala.