Fue en el año 1958 cuando la Federación Mundial de Personas Sordas (WFD) tomó la determinación de elegir ese día para conmemorar lo que fue su I Congreso Mundial que tuvo lugar en 1951.
De esta manera, quedó establecida una jornada conmemorativa con la que se intenta reivindicar la necesaria visibilización en la sociedad de las personas que cuentan con sordera. Pero no solo eso, es un día para que esos ciudadanos reivindiquen sus derechos, realicen sus demandas y puedan poner al alcance de la sociedad en general lo que es la riqueza que posee la cultura sorda.